movimiento artístico mexicano de principios del siglo XX que se distingue por tener un fin educativo, el cual se consideró esencial para poder lograr unificar a México después de la revolución. Gran parte de estos artistas, debido al contexto que se vivía en la post-revolución, tuvieron una gran influencia de las ideas marxistas por eso, a través de los murales se proyectó, la situación social y política del México post-revolucionario.
Ello fue pensado con fines educativos y era emprincipales de la cultura popular, las tradiciones populares, los caudillos mexicanos, la sociedad civil, los militares, el socialismo, el capitalismo, etc. Estos temas cambian de acuerdo al contexto en que vivían los muralistas. Por ejemplo, se puede decir que los muralistas vivieron tres etapas primordiales: los 20's, los 30's, y la etapa desde los 40's hasta 1955. En cada etapa, tanto los temas como las técnicas van a variar y en este modo el muralismo trataría de encontrar una definición más clara como movimiento. Los muralistas mexicanos trabajaron sobre una superficie de hormigón (concreto) o sobre la fachada de un edificio, pero también, les importó muchísimo la textura y los ángulos en los cuales pondrían a sus murales. En lo que sí eran consistentes, era en los temas que relataban o retrataban: la actualidad social y política del país, los cuales no se desconectaban del viejo legado colonial. Los murales de Diego Rivera hablaban en especial de la revolución, aunque en un principio su meta fue representar a los miembros mayoritarios de México, constituido principalmente de campesinos, indígenas y mestizos.
- Hay murales en la mayoría de los edificios públicos de la Ciudad de México y de otras ciudades, siendo una de éstas Guanajuato, localizada en un Estado muy importante para el país por ser cuna del movimiento de Independencia.
Aunque es considerado un movimiento artístico, el Muralismo también se puede considerar un movimiento social e incluso político.
Artistas y obras
- Diego Rivera. Algunas de sus obras más importantes son: Paisaje Zapatista y La Molendera
- Palacio Nacional.
- Escuela Nacional Preparatoria.
- Oficinas centrales de la Secretaría de Educación Pública o SEP, entre los que destacan: Escena del mercado, El cenote, Pastor con honda, El baño de Tehuantepec y Tintoreros, entre otros, en los que mostraba la situación de los pobres y como vivían o trabajaban en ese entonces en México.
- Instituto de Artes (Detroit).
- Sueño de una tarde dominical en la Alameda central de la Cd. de México.
- José Clemente Orozco
- Palacio de Bellas Artes.
- Tribunal Supremo de México.
- Universidad de Guadalajara.
- Roberto Montenegro
- Alegoría del viento, 1928.
- Federico Cantú[1]
- Los cuatro Jinetes del Apocalipsis, 1948.
- Jorge Figueroa Acosta
- La Ciencia
- Jorge González Camarena
- Mural del Museo del Palacio de Bellas Artes, Liberación.
- Mural de la Casa del Arte de la Universidad de Concepción en Chile.
- Desiderio Hernández Xochitiotzin
- Palacio de gobierno del Estado de Tlaxcala.
- Seminario Diosesano de Apizaco, Tlaxcala.
- Edificio de cerámica mayólica frente a la Catedral de Puebla.
-
- Teatro el Cid, El Cid.
- El arquitecto Juan O'Gorman también realizó murales. Los más destacados son los de la habitación «Independencia» en el Castillo de Chapultepec. En la escalera principal se encuentra en enorme mural que representa las etapas de la historia más representativas del país y que incluye un centenar de personajes importantes como fueron: Cuauhtémoc, Moctezuma, Hernán Cortés, Miguel Hidalgo, José María Morelos y Pavón, Porfirio Díaz, Emiliano Zapata, y Francisco Villa entre otros.
- Pablo O'Higgins, murales de la Secretaria de Educación Pública y de la Escuela de Agricultura de Chapingo.
PINTURA Y EDUCACIÓN POPULAR
México,
hacia 1920. Para esa fecha podría considerarse que ha finalizado la
revolución mexicana, al menos en lo que a su fase más virulenta se
refiere. Un complejo proceso que puso de relieve las profundas
diferencias sociales y económicas existentes en el país, la disparidad
de planteamientos ideológicos (acordes con aquéllos) y la facilidad con
la que todo ello conducía a enfrentamientos armados de diverso tipo. A
finales de ese año pasó a formar gobierno (1920/24) el presidente Álvaro
de Obregón, quien poco después crea la Secretaría de Estado de
Educación Pública, confiando el nuevo ministerio al liberal
José Vasconcelos, de sobra conocido en el país por sus ideas reformistas
e innovadoras.
David Alfaro Siqueiros: "De la dictadura de Porfirio Díaz a la revolución" (detalle). (1957-65). México D.F.
Desde
su nuevo cargo, Vasconcelos aborda un amplísimo programa de reformas,
que incluye medidas muy variadas: creación de nuevas escuelas y
formación de maestros, impulso de las artes y los oficios, difusión
popular de obras literarias, etc. Además, contempló también la promoción
de las artes plásticas, mediante el encargo a jóvenes artistas de la
realización de murales en diversos edificios públicos, de forma que
aquéllos pudiesen ser conocidos, libremente, por todo tipo de
ciudadanos. De esta manera, durante casi tres décadas, aunque a diverso
ritmo, estuvieron realizándose murales por todo el país (aunque de forma
preferente en la capital), hecho que manifiesta la importancia que los
distintos gobiernos concedían a este tipo de manifestación artística.
Derecha:
David Alfaro Siqueiros: "La marcha de la humanidad" (detalle).
1966-71). México D.F. Izquierda: José Clemente Orozco: "Omnisciencia"
(1925). México D.F.
Fue así como surgió el denominado muralismo mexicano,
con el que identificamos un amplísimo conjunto de obras, dispersas en
diversos edificios localizados en distintas ciudades del país y
realizadas por un elevado número de autores que, si bien no parten de
presupuestos plásticos comunes, coinciden en una serie de cuestiones.
Por un lado, la mayor parte de los murales está relacionada con la
intención de difundir la identidad nacional (aún en construcción) y los
propios logros de la revolución mexicana. Por otro, las obras, en sí
mismas, manifiestan (como no podía ser de otra manera) su vinculación
con las distintas corrientes artísticas de la época y, más en concreto,
con las vanguardias pictóricas que por esos años vienen ocupando el
protagonismo artístico en Europa. Finalmente, los artistas (frente a los
antiguos usos de los pintores al fresco) optan por nuevos materiales:
la pintura acrílica, la de automóviles e incluso el cemento coloreado y
aplicado a pistola.
Diego Rivera: "El hombre controlador del Universo" (o "el hombre en el cruce de caminos" (1934). México D.F.
Inferior.
Izquierda: David Alfaro Siqueiros: "El pueblo a la universidad y la
universidad al pueblo" (1954) México D.F. // Derecha: Diego Rivera:
"Mercado de Tlatelolco" (1942). México D.F.
Aunque
realizaron también otros tipos de manifestaciones artísticas (pintura
al óleo, escultura, etc.) las obras sobre pared de estos pintores muralistas,
junto a otros muchos que participaron en el proyecto, manifiestan su
coincidencia con los planteamientos de los sucesivos gobiernos respecto a
la importancia de la pintura como medio de educación popular, hecho que
queda constatado en la frase de Siqueiros de que había que hacer de la
pintura "un bien colectivo, útil para la cultura de las masas populares".
Pero además, algunos de estos pintores acabaron convencidos de la
idoneidad del mural como mejor forma de expresión pictórica. Así, Orozco
afirmaba que "la forma más pura de la
pintura es la mural. Es también la más desinteresada, ya que no puede
ser escondida para el beneficio de algunos priivilegiados. Es para el
pueblo, es para todos". Al menos, en algún sentido, tenía razón.
José Clemente Orozco: "Zapatistas" (1931). Washington. (Óleo).
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